En este post indicaremos las claves para mejorar el estado de la limpieza de distintas estancias de tu colegio, desde la recepción, pasando por los pasillos que dan a las distintas clases, las zonas de recreo o los lavabos. La educación de nuestros hijos es muy importante y no lo es menos su seguridad en los centros educativos. Por eso, empresas de limpieza de colegios en Málaga como Limpiezas Limgemant se dedican a cuidar hasta el más mínimo rincón de un edificio donde los alumnos pasan más horas, casi, que en su propia casa.
Cómo organizar la limpieza
Un colegio es un centro con muchísimas estancias y todas ellas con un amplio tránsito diario. La primera impresión que da a unos padres la entrada o recepción le indicará el estado de limpieza del colegio en general, y de ello dependerá muchas veces que se lleven el primer buen sabor de boca del colegio Las escaleras, los pasillos de entrada a los distintos departamentos, los lavabos, las aulas, la administración o despacho de Secretaría, la Oficina de Dirección y la Sala de Profesores son junto con el Gimnasio, los vestuarios, el Salón de Actos o el Comedor y cocina del colegio son los principales focos de infección en los que nuestra empresa de limpieza de colegios en Málaga es especialista.
Zonas de desinfección
A la hora de llevar a cabo la limpieza del colegio hay zonas que requieren una mayor dedicación como son los lavabos, vestuarios y el gimnasio. Existen agentes externos contaminantes que ensucian de forma casi imperceptible las superficies de estos suelos y por eso hay que estar siempre alerta y realizar al menos una limpieza en húmedo que evite que el polvo ensucie más el ambiente. Aunque sin duda serán las clases donde encontremos mayores obstáculos: papeles por el suelo, chicles pegados al pavimento, tinta de bolígrafo o restos de pegamento harán que se empleen productos específicos que no dañen el terrazo.
Pasos a seguir
En Limpiezas Limgemant, a la hora de llevar a cabo la limpieza de colegios en Málaga, primero, se comenzará vaciando las papeleras, eliminando el polvo de las zonas altas (estanterías y percheros), para continuar con el mobiliario (mesas y sillas) y los objetos que se manipulan durante el día con mayor asiduidad (teléfonos, ordenadores, pomos de las puertas, entre otros). Después, se limpiará el polvo del suelo con cepillo o mopa y se pasará la fregona con agua y detergente neutro.